En los últimos años se ha producido un crecimiento económico y demográfico sin precedentes que ha repercutido de forma negativa en el medio ambiente y generado una mayor fractura social y cultural en las ciudades.
Las ciudades llegarán a concentrar casi el 70% de la población mundial en 2050, según el informe de la ODCE, y hará falta un 80% más de energía. Lo que conlleva una intensificación del cambio climático, al incrementarse las emisiones de CO2.
Para evitar esto es necesario un nuevo modelo productivo hacia la sostenibilidad que cuente con la alianza entre personas, políticos e instituciones para una nueva reformulación hacia ciudades sostenibles.
El ideal de esta ciudad sostenible sería aquella capaz de autoabastecerse de energía y de aprovechar los residuos como recursos, reutilizándolos como materias primas.
Una ciudad que optimice la gestión de los residuos, el transporte sostenible, el mantenimiento de espacios verdes, gestión y uso de recursos naturales (agua, electricidad, etc.), espacios para el ocio y la cultura de sus habitantes.
Las Administraciones públicas y privadas deben ofrecer nuevos y mejores servicios a la población, los ciudadanos y sus hábitos deben adaptarse y la eficiencia energética y sostenibilidad de la ciudad debe lograrse en base al equilibrio entre el entorno y los recursos naturales.
Las empresas participarán en esta regeneración verde con la aportación de medios, la integración de soluciones sostenibles que impulsen un desarrollo verde y el fortalecimiento de las capacidades en las regiones.
Las ciudades sostenibles serán claves en la lucha contra la emergencia climática.
Las ciudades más sostenibles del mundo
Según el último índice de IESE Cities in Motion (ICIM), plataforma de investigación que conecta expertos y empresas privadas con administraciones locales de todo el planeta, sobre las ciudades más sostenibles del mundo, Londres se situaría en primera posición del ranking mundial de ciudades más sostenibles, seguida de Nueva York, París y Tokio.
Según Intermón Oxfam, “una ciudad sostenible es aquella que ofrece calidad de vida a sus habitantes sin poner en riesgo los recursos, ya que vela también por el bienestar de la humanidad futura y procura la justicia social”. Algo importante, ya que, lograr que las ciudades sean sostenibles constituye el número 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Londres lidera el ranking de ciudades más sostenibles por varios aspectos: es uno de los centros financieros más importantes del mundo, tiene la posibilidad de ofrecer empleo de calidad y facilidad para hacer negocios e investigación y desarrollo.
En lo que respecta a Nueva York, en segundo lugar, goza del liderazgo en las dimensiones de economía, movilidad y transporte y planificación urbana. Es una ciudad comprometida con un gran número de iniciativas para posicionarse como líder en todas las dimensiones.
Por su parte, París o Ciudad de la Luz está trabajando en el proyecto de arquitectura Paris Smart City 2050, en el que se planea construir edificios capaces de generar energías renovables, edificios bioclimáticos y de energía positiva para crear el perfil de una ciudad que represente el símbolo de la lucha contra el cambio climático.
Y Tokio, ciudad con una considerable influencia tecnológica en el escenario global, ha realizado un giro en el concepto de ciudad inteligente hacia la dimensión social durante los últimos años. Se ha lanzado una iniciativa nacional conocida como Sociedad 5.0, que tiene como objetivo lograr una sociedad de próxima generación basada en datos, centrada en el ser humano y que utilice tecnología como la inteligencia artificial y el IoT.
Cómo pasamos del gris al verde
El desarrollo sostenible debe plantearse como una obligación si queremos pasar del gris de la contaminación al verde de la sostenibilidad.
Las empresas y las entidades financieras pueden ser protagonistas de esta transformación hacia una economía verde.
Convertir las urbes en ciudades sostenibles implica tener en cuenta varios principios:
- Regenerar y preservar los espacios naturales: parques, fomentar huertos urbanos, ríos, mantener zonas boscosas, etc.
- Abastecerse con fuentes de energía renovables.
- Disponer de un plan de movilidad sostenible.
- Fomentar el comercio local y de proximidad.
- Acercar una cultura integradora al pueblo y ofrecer garantías sociales.
- Conseguir una planificación en la construcción que preserve el entorno natural, fomentando el acceso real a una vivienda digna a los habitantes de la ciudad.
En cuanto a este último punto, debe darse una nueva forma de edificar, que combine el estado de confort interior con un reducido consumo de energía y un precio asequible.
La Agenda Urbana Española ofrece un Decálogo de Objetivos Estratégicos para que todos los actores, públicos y privados, que intervienen en las ciudades y que busquen un desarrollo equitativo, justo y sostenible desde sus distintos campos de actuación, puedan elaborar sus propios Planes de Acción.
Esta hoja de ruta se ha trazado con el triple enfoque de sostenibilidad social, económica y medioambiental.
Por su parte, la consultora Arcadis actualiza cada año el índice mundial de ciudades más sostenibles del planeta y toma estos criterios de Naciones Unidas para puntuar:
- El componente social: mide la calidad de vida y los servicios que las ciudades incluyen de sanidad, educación y trabajo.
- Los factores ambientales: integran las infraestructuras sostenibles y las iniciativas de reducción y mejora de contaminación.
- El condicionante económico de los habitantes: con los beneficios que obtienen de sus empleos y las infraestructuras empresariales.
- La digitalización de los núcleos urbanos: uno de los elementos clave para las ciudades sostenibles y una oportunidad de inversión verde para las empresas en ámbitos de conectividad, movilidad, participación ciudadana y gestión de desastres.
La smartcity o ciudad inteligente
Las smartcities o ciudades inteligentes tienen que ser capaces de resolver problemas inmediatos, organizar escenarios urbanos complejos y generar respuestas innovadoras que satisfagan las necesidades de los habitantes, según indica el Banco Internacional de Desarrollo (BID).
Esto implica una transformación digital de las ciudades para conseguir una gestión más eficiente de sus recursos, mejorando aspectos como la generación y provisión de energía, el mantenimiento y conservación, la movilidad, la experiencia del ciudadano, la habitabilidad o una mejor provisión de servicios.
Con la digitalización, nacen las regiones con personas, proyectos y soluciones capaces de aportar un desarrollo sostenible ante el aumento de viviendas, transporte o energía.
Pero, esta digitalización ha de tener en cuenta el aspecto humano si quiere llegar a solucionar las demandas. Solo así, las ciudades serán verdes y sostenibles, con la salud del planeta como prioridad.