Si miramos con perspectiva, España ha experimentado una profunda transformación en las últimas cuatro décadas permitiendo al país convertirse en un país próspero y abierto.
En este tiempo, España ha adquirido un tejido productivo moderno y un estado del bienestar amplio. No obstante, aún hay problemas que solventar y aspectos que mejorar.
La crisis de 2008 y 2011 evidenció carencias importantes y desafíos que superar en las próximas décadas si queremos crecer de forma sostenida y sostenible en un futuro, y hacernos menos vulnerables a las crisis.
Esto nos permitirá converger con los países más avanzados de Europa en aspectos claves para el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental, la equidad y el bienestar social.
España tiene la capacidad de superar estos retos y desafíos, y hacer frente a las dificultades que traerán las tendencias futuras y aprovechar sus oportunidades. Para ello deberá implementar reformas y mejoras importantes, con la ayuda de las transformaciones socioeconómicas que ya se han acelerado con la pandemia y los ambiciosos fondos y planes de recuperación que ha puesto en marcha la Unión Europea (UE).
Bajo el análisis de estas ideas (el pasado del país, los retos y desafíos actuales y la capacidad para superarlos) se ha presentado el programa España 2050, elaborado por la Oficina de Prospectiva y Estrategia a Largo Plazo.
Un programa que reúne las propuestas y objetivos que España deberán alcanzar en los siguientes 30 años, y que ha sido elaborado con la participación de un centenar de expertos de reconocido prestigio de generaciones, sensibilidad política y disciplinas diversas (economía, ciencias ambientales, demografía, sociología, historia, ciencia política y derecho, entre otras).
Además, ha contado con el apoyo de varios Ministerios, la AIReF, el Banco de España, y el Joint Research Centre de la Comisión Europea.
El análisis para elaborar este documento se ha realizado bajo una amplia base empírica, medible y contrastable, integrada por series de datos, publicaciones científicas e informes elaborados por instituciones europeas, organismos internacionales, think tanks y entidades del tercer sector con innegable solvencia técnica.
Este programa España 2050 pretende reflejar una mirada del país hacia delante, con el desarrollo de una Estrategia Nacional de Largo Plazo que nos permita adelantarnos a los retos planteados por situaciones como el cambio climático, el envejecimiento demográfico o la transformación tecnológica, en los próximos años.
Los objetivos de la estrategia España 2050
La estrategia España 2050 se plantea en base a dos objetivos clave:
- La mejora de nuestra comprensión de los desafíos y oportunidades sociales, económicas y medioambientales que se afrontarán en las próximas décadas.
- Generar una Estrategia Nacional a Largo Plazo, a partir de un diálogo multi-actor, que permita fijar prioridades, coordinar esfuerzos y garantizar la prosperidad y el bienestar se[1] la sociedad en el futuro.
El documento consta de unos fundamentos y propuestas que recogen:
- Un análisis diacrónico y prospectivo de nueve grandes desafíos que se deberán superar, de aquí a 2050, si España quiere consolidarse como uno de los países más avanzados de Europa. Estos nueve desafíos se consideran clave para el desarrollo económico del país, la prosperidad y la salud de los habitantes.
- Más de 200 propuestas que implican las reformas profundas y las iniciativas necesarias y sostenidas en el tiempo para poder lograr superar los desafíos.
- Unos 50 objetivos e indicadores cuantitativos para diseñar líneas de acción, tomar medidas concretas y monitorear el progreso en los próximos años. Unos objetivos concretos que España debería alcanzar de aquí a 2050 si quiere converger con los países más avanzados de Europa. Estos objetivos cumplen estas tres condiciones: son cuantificables, ambiciosos pero realistas, y actualizables(pueden modificarse o reemplazarse según vaya cambiando la realidad que postulan para no quedar obsoletos antes de 2050).
Desafíos importantes, presentes y futuros
El programa España 2050 considera que son nueve los desafíos de suma importancia que hay que superar para lograr el avance socioeconómico. Estos desafíos son:
1. Ser más productivos para crecer mejor. Es decir, relanzar la productividad y, al mismo tiempo, aumentar nuestra tasa de empleo. Para ello será necesario hacer una apuesta decidida y contundente por la educación, multiplicar nuestros esfuerzos en I+D, acelerar la digitalización del tejido productivo, aprovechar las oportunidades de la transición ecológica, reducir al máximo las distorsiones generadas por las trabas administrativas y atajar la economía sumergida.
2. Conquistar la vanguardia educativa antes de mediados de siglo. Se deberá transformar la carrera docente, modernizar el currículum, ampliar la autonomía de nuestros centros educativos, crear un sistema de evaluación eficaz, reforzar los mecanismos de apoyo a los colectivos más desfavorecidos, y potenciar la educación infantil y la Formación Profesional.
3. Mejorar la formación y la recualificación de nuestra población para hacer frente al avance de la economía del conocimiento, a la transformación tecnológica del tejido productivo, a una menor proporción de población en edad de trabajar, al aumento de la competencia internacional y a las amenazas del cambio climático. En este sentido, España deberá aumentar la proporción de la población que cuenta con formación y poner en marcha un sistema integral de recualificación que permita actualizar las competencias de al menos un millón de trabajadores (empleados y desempleados) cada año.
4. Convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático antes de 2050, para evitar sus efectos más destructivos e impedir que estos condicionen el bienestar de las generaciones presentes y futuras, y para conservar la biodiversidad de nuestro territorio. Esto implica cambiar radicalmente la forma en la que generamos energía, nos movemos, producimos y consumimos bienes y servicios, y nos relacionamos con la naturaleza.
5. Preparar nuestro estado de bienestar para una sociedad más longeva. El país deberá mejorar la eficiencia de los servicios públicos y lograr que las personas en edades avanzadas tengan una participación cada vez más activa en la vida económica y social. Esto supone superar anticuados estereotipos sobre la vejez, adaptar muchos empleos a las expectativas y capacidades de los trabajadores más sénior, y facilitar la compatibilización de la pensión con el empleo.
6. Promover un desarrollo territorial equilibrado, justo y sostenible que evite que las grandes urbes y sus áreas metropolitanas se vuelvan más extensas y dispersas, al tiempo que menos sostenibles social y ambientalmente. Del mismo modo, se evitaría que los municipios rurales y ciudades medias y pequeñas pierdan dinamismo económico y sufran un notable declive social y patrimonial. Para ello, habrá que reforzar el papel vertebrador de las ciudades medias, aumentar la diversificación productiva de los municipios de menor tamaño y asegurar el acceso a servicios, mejorando las conexiones de transporte y las infraestructuras tecnológicas, entre otras iniciativas.
7. Resolver las deficiencias de nuestro mercado de trabajo y adaptarlo a las nuevas realidades sociales, económicas y tecnológicas para reducir la tasa de desempleo a menos de la mitad y alcanzar una tasa de empleo similar a la de los países más avanzados de Europa (80% en 2050). El país tendrá que modernizar el tejido productivo, actualizar y reforzar sus políticas activas de empleo, adecuar el marco normativo a las nuevas realidades económicas y laborales, actualizar sus mecanismos de negociación colectiva y mejorar las condiciones de trabajo.
8. Reducir la pobreza y la desigualdad, y reactivar el ascensor social para evitar que se agraven debido al envejecimiento demográfico y la transformación tecnológica. Para conseguirlo, el país deberá cambiar su patrón de crecimiento, reforzar la educación pública, resolver las deficiencias del mercado laboral y abordar el problema de la vivienda. También será necesario acometer una reforma fiscal paulatina pero profunda. Con esto se lograría reforzar el estado de bienestar y aumentar el gasto público en protección social.
9. Ampliar las bases de nuestro bienestar futuro y reducir la elevada insatisfacción económica y laboral que se deriva del alto desempleo y la precariedad. Superar este desafío dependerá de la capacidad para hacer frente a los anteriores y aprovechar las oportunidades sociales, económicas, medioambientales y tecnológicas recogidas en esta Estrategia España 2050.
Medioambiente y cambio climático
En lo relativo a medioambiente y cambio climático, el desafío que tenemos por delante es importante.
Si queremos frenar el cambio climático y evitar sus efectos más devastadores, tanto España como el resto del mundo, se deben llevar a cabo transformaciones profundas para convertirnos en una sociedad neutra en carbono y eficiente en el uso de los recursos.
Debe cambiar nuestra manera de relacionarnos con el entorno natural y ser más resilientes frente al cambio climático y los riesgos emergentes, y para ello serán necesarias medidas contundentes e inmediatas en los próximos años.
España cuenta con los recursos naturales, las capacidades y las instituciones necesarias para convertirse en un país sostenible.
La transición ecológica planteará retos, pero también será una oportunidad única para modernizar nuestro tejido productivo, generar riqueza y empleo, y reducir nuestra dependencia energética del exterior, gracias a la mejora de la eficiencia energética y al desarrollo de las energías renovables como, por ejemplo, la solar y los gases renovables (biogás, biometano e hidrógeno verde).
Hacer frente a este desafío clave en la Estrategia España 2050 y aprovechar sus oportunidades, hará que el país resulte más sostenible, saludable y competitivo, y toda la sociedad se beneficiará de ello.