En el marco del Plan REPowerEU, la Comisión Europea ha establecido unos objetivos ambiciosos para aumentar la producción de biometano, considerando su potencial para sustituir al gas natural fósil y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El nuevo documento de la Asociación Europea del Biogás (EBA) analiza los últimos datos y perspectivas, y actualiza el estudio «Gas for Climate» del 2022, para ofrecer nuevas estimaciones, centrando la atención en el horizonte 2040.
La meta es clara: producir 35 mil millones de metros cúbicos (bcm) de biometano anualmente para 2030, multiplicando por diez la producción actual.
Esta visión a largo plazo es esencial para asegurar que Europa alcance la neutralidad climática en 2050, movilizando todos los recursos disponibles y desarrollando nuevas tecnologías y fuentes de materias primas.
El potencial de producción de biometano en Europa
La producción de biometano en Europa ha mostrado un crecimiento significativo en los últimos años.
En 2022, se produjeron aproximadamente 4 bcm de biometano y 17 bcm de biogás. Unas cifras que reflejan un aumento considerable, pero la meta establecida por la Comisión Europea es aún más ambiciosa: alcanzar los 35 bcm de biometano anuales para 2030.
Ahora bien, según las proyecciones, Europa podría producir hasta 44 bcm en 2030 y 165 bcm en 2050.
Si atendemos al horizonte 2040, la estimación del potencial de producción se sitúa en unos 111 bcm de biometano en Europa, de los cuales 101 bcm corresponderán a la UE-27.
Este potencial se desglosa en 74 bcm mediante digestión anaerobia y 37 bcm mediante gasificación térmica. Y los principales contribuyentes a esta producción serán Alemania, Francia, España, Italia y el Reino Unido, representando más del 50% del total.
Perspectivas sobre las tecnologías y las materias primas
La digestión anaerobia es la tecnología predominante para la producción de biometano en Europa.
Se estima que, en 2040, 74 bcm de biometano se producirán a través de esta tecnología, con los principales países productores siendo Francia, Alemania, España, Italia y Polonia.
Las materias primas clave para este proceso incluirán cultivos secuenciales, estiércol animal y residuos agrícolas, que conjuntamente representarán el 81% del total de biometano producido mediante digestión anaerobia.
Por su parte, la gasificación térmica, aunque actualmente menos común que la digestión anaerobia, está ganando tracción debido a su capacidad para convertir una variedad de residuos sólidos y biomasa lignocelulósica en biometano.
En el horizonte 2040, se proyecta que esta tecnología producirá unos 37 bcm de biometano y los países líderes serán Suecia, Alemania, Francia, España y el Reino Unido, con materias primas principales tales como residuos de madera, la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos y residuos forestales. Estas materias primas representarán el 85% del total de biometano producido mediante gasificación térmica.
En vista a estos datos, el horizonte 2040 se presenta prometedor para el biometano en Europa. Con un marco regulatorio adecuado y el desarrollo continuo de tecnologías y materias primas, Europa puede alcanzar y superar sus ambiciosos objetivos de producción de biometano, consolidándose como líder en la transición hacia una economía descarbonizada y sostenible.
Explorando nuevas materias primas
Además de las materias primas convencionales, se están explorando nuevas fuentes para aumentar la producción de biometano.
Las tierras marginales y contaminadas ofrecen una oportunidad para cultivar biomasa sin competir con la producción de alimentos. Estas tierras, que actualmente están infrautilizadas debido a limitaciones biofísicas o contaminación, pueden producir cultivos para bioenergía, contribuyendo a la restauración del suelo y la biodiversidad.
Por su parte, las algas marinas, particularmente “las algas fundidas» que se acumulan en las costas, representan otra fuente prometedora.
Las algas pueden ser cosechadas y utilizadas en plantas de biogás, proporcionando un doble beneficio al mitigar los impactos de la eutrofización y mejorar las condiciones ambientales en las zonas costeras.
En lo que respecta al digestato, subproducto de la digestión anaerobia, este tiene potencial como materia prima para la producción adicional de biometano, mediante tecnologías como la gasificación hidrotérmica y la pirólisis.
La gasificación hidrotérmica es particularmente adecuada para residuos orgánicos acuosos, permitiendo la recuperación de nutrientes antes del proceso de gasificación.
Con la pirólisis se descompone la fracción sólida del digestato, generando gas de pirólisis (dióxido de carbono, metano, monóxido de carbono e hidrógeno), bioaceite y biocarbón. Este gas de pirólisis puede inyectarse de nuevo en el digestor para producir biogás adicional, o utilizarse in situ para generar energía en lugar de utilizar gas natural.
El biometano es, sin duda, un componente esencial en la estrategia de descarbonización de Europa hacia el horizonte 2040 y más allá.
Con un potencial de producción significativo y en crecimiento, sustentado por la diversidad de materias primas y tecnologías innovadoras, este gas renovable puede desempeñar un papel crucial en la sustitución del gas natural fósil y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
La movilización de tierras marginales, el aprovechamiento de algas y la valorización del digestato son ejemplos de cómo Europa puede maximizar su capacidad de producción de este gas renovable, contribuyendo a una economía circular y sostenible.
Para alcanzar las ambiciosas metas marcadas, será crucial contar con un entorno político favorable, que ofrezca seguridad a todas las partes interesadas en la cadena de valor del biometano.
Solo mediante un esfuerzo conjunto y coordinado, Europa podrá aprovechar plenamente el potencial del biometano, asegurando un futuro energético más limpio y sostenible.
