Bitcoin

¿Te hubiese gustado invertir en el sector de las criptomonedas antes de diciembre de 2017 y el ascenso meteórico de su valor?

 

Eric Fineman y Charlie Shrem son algunos de los inversores que lo hicieron.

Fineman, como posiblemente el inversor más joven en Bitcoin, en 2011, cuando solo contaba con 11 años. Con los 1.000 dólares que le había dado su abuela y algunos consejos de su hermano sobre que podía hacer con ese dinero compró bitcoins por un valor de 12 dólares, en ese momento.

Cuando vendió algunos de estos bitcoins en 2013, ya valían 1.200 dólares cada uno.

Sherm, por su parte, un conocido defensor del Bitcoin y de las criptomonedas en general, adquirió sus primeros bitcoins por tan solo 4 dólares y continuó comprando varios miles cuando la criptomoneda alcanzó los 20 dólares. Acabó convertido en multimillonario cuando el valor del Bitcoin aumentó.

Estos son solo dos ejemplos de los visionarios que creyeron en esta nueva tecnología disruptiva de la época y sobre la que, actualmente, muestran interés grandes inversores y magnates que la habían tachado de burbuja.

La historia de las criptomonedas comenzó en 2009, cuando entró en funcionamiento la primera red basada en el protocolo Bitcoin, lo que supuso la creación de los primeros bitcoins y el inicio de la minería.

La idea de crear esta moneda digital que sirviera para contabilizar y transferir valor recae bajo el pseudónimo de Satoshí Nakamoto.

Desde ese momento, el Bitcoin se convirtió en una divisa alternativa con un control descentralizado, sin ser respaldada o controlada por ningún Estado o banco central.

El control de sus transacciones se realiza a través de una base de datos descentralizada, una cadena de bloques (blockchain) que funciona como una base de datos de transacciones financieras que no necesita de intermediarios.

En los inicios del Bitcoin, solo los frikis se los intercambiaban en los foros a modo de prueba. Era un simple experimento que buscaba transformar el mundo. Pero en mayo de 2010, cuando el usuario Laszlo Hayneck realiza la primera transacción para adquirir un bien, la compra indirecta de unas pizzas, el Bitcoin dejó de ser un mero experimento.

A partir de 2011, algunas organizaciones comenzaron a aceptar donaciones en bitcoins (ej. Wikileads) y, un poco después, comerciantes que operaban en internet también empezaron a aceptar el pago con esta criptomoneda.

Compañías como Dell, Microsoft, Uber e incluso los ferrocarriles suizos empezaron a aceptar también bitcoins, haciéndose muy popular. En 2017, el estándar Unicode añadió el código U+20BF como representación del símbolo de Bitcoin.

Así, esta criptomoneda que comenzó con una cotización de valor cero en 2009, alcanzó un máximo histórico, en diciembre de 2017, con un valor de 19.900 dólares.

Esta espectacular subida en su cotización sufrió el estallido de la burbuja inflacionista en poco más de un mes después. El Bitcoin perdió más de dos tercios de su valor, pero desde ese momento, la tendencia se ha mantenido al alza, con valores actuales en torno a los 10.800 dólares.

 

¿Qué es lo que hace que un inversor confíe en esta moneda intangible que fue creada por una persona anónima?

La respuesta la tenemos en su transparencia.

El Bitcoin es una moneda digital de código abierto y descentralizado, lo que significa que cualquiera tiene acceso al dicho código y puede verificar cómo funciona.

Todas las transacciones realizadas y los bitcoins creados desde 2009 pueden ser consultados por cualquier persona.

Los pagos se realizan sin depender de terceros y el sistema está protegido por algoritmos criptográficos. Ningún individuo, ni organización, puede controlar Bitcoin y la red permanece segura.

La tecnología Bitcoin utiliza un sistema de prueba de trabajo para impedir el doble gasto, la falsificación y alcanzar el consenso entre los nodos que integran la red mediante el intercambio y comprobación de la información.

Con todo esto, los que han confiado e invertido en Bitcoin han conseguido una rentabilidad en este último año cercana al 400% y la crecencia entre los inversores es que esta criptomoneda alcanzará las 6 cifras (más de 100.000 dólares) en no demasiado tiempo.

En los mercados financieros, por encima del análisis técnico y fundamental, existe un factor aún más relevante capaz de mover montañas: el relato colectivo, la creencia común.

En Genia creemos que es el momento de actuar, de participar en un modelo de economía circular para ser los catalizadores del cambio del modelo energético y aportar soluciones a los problemas de manera integrada.

 

Con The Green Vector ahora es el momento, ahora es el momento de que formes parte del cambio.

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