Apple
¿Te hubiese gustado invertir en el sector informático cuando las grandes marcas se gestaban en los garajes?
Mike Markkula lo hizo.
Fue el primero en creer en dos jóvenes, Steve Jobs y Steve Wozniak. El primero ambicioso y segundo con una idea genial: crear un nuevo ordenador.
La historia comienza en 1971. Wozniak, que por aquel entonces trabajaba en Hewlett Packard, estaba construyendo una pequeña computadora solo por hobby. Su empresa no estaba interesada en la idea.
Sin embargo, Jobs vio el potencial de negocio y lo convenció para trabajar juntos.
Con los pocos fondos que tenían, comenzaron a trabajar en el garaje de la casa de los padres de Jobs. Se constituyeron como empresa un poco más tarde, en 1976, cuando nace Apple Computer y lanzan el Apple I, una placa madre con un procesador y memoria.
En este periplo, Jobs hace por reunirse con inversores para contarles su visión de futuro sobre las computadoras personales. Es en ese momento cuando conoce y convence a Mike Markkula.
La inversión de Markkula de 250 mil dólares, que pasa a convertirse en socio de la empresa, impulsa el proyecto.
A partir de ahí, nace oficialmente Apple como marca, en 1977, con otro inversor como CEO, Michael Scott y el valor de la compañía comienza a subir.
La firma lanzó el Apple II y III que pisaron fuerte dentro del mercado corporativo, pero otros productos no tuvieron la misma acogida de ventas. Esto, junto a discrepancias internas en la compañía que provocan la salida de Jobs de la misma (1985), supone una caída en sus cotizaciones en bolsa.
Apple que se había lanzado a la Bolsa de Valores en 1980 con una oferta inicial de 22 dólares por acción, con un total de 4.6 millones de acciones, llegó a descender a valores de 6 dólares la acción. La compañía llega a estar a punto de quebrar.
La vuelta de Jobs como CEO de la compañía (1996) y un nuevo empuje inversor de la mano de Microsoft, su principal competidor, la hizo remontar.
Un acuerdo, firmado a las dos de la madrugada, que incluía la licencia privada de patentes entre ambas compañías y una inversión de Microsoft de 150 millones de dólares, convertibles en acciones de Apple y que mantuvo hasta 2003.
Dos días después de este acuerdo, las acciones de Apple se habían disparado casi un 50%.
A partir de ese momento, comienzan los lanzamientos de los productos que hoy conocemos (iMac, el iBook, el iPod, etc) y Apple acaba convirtiéndose en la mayor compañía privada del mundo.
¿Qué hubiera sucedido si Markkula y Bill Gates no hubieran invertido en Apple?
Esta es, sin duda, una historia de tecnología, innovación y atrevimiento.
Una visión de futuro sobre lo que sería el desarrollo de las computadoras como lo es, ahora, nuestra visión respeto al uso, aprovechamiento y gestión de la energía.
Un presente y un futuro en el que son necesarios nuevos modelos y tecnologías que nos permitan evolucionar como sociedad de una manera sostenible.
Con Genia Bioenergy, ahora es el momento de que formes parte del cambio