Los actuales desafíos medioambientales, como el cambio climático o el agotamiento de los recursos naturales, nos han obligado a plantear un cambio en el modelo de crecimiento y desarrollo.
Un cambio que implica una producción más eficiente, en cuanto al consumo de recursos, para reducir al mínimo los desechos generados.
Así es como surge, en los 80, el concepto de economía circular, que se utilizó, en un principio, para describir un sistema cerrado de interacciones entre economía y medioambiente.
El modelo de economía circular se incluye, así, en el marco del desarrollo sostenible con el objetivo de que la producción de bienes y servicios suponga un reducido consumo de los mismos, de los recursos naturales y una menor generación de residuos. Su principio de base es “cerrar el ciclo de vida” de cualquier producto.
Esto implica que el valor de los productos, materiales y demás recursos deben permanecer el mayor tiempo posible, mediante las acciones de reciclaje, reutilización y valorización energética.
El objetivo de este modelo de economía circular es lograr un mundo más sostenible, eficiente en el uso de recursos y con una menor huella de carbono, por lo que se trata de un modelo que necesariamente debe estar incorporado en el avance de la transición energética y la descarbonización de la economía.
Europa se ha marcado un ambicioso objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el horizonte 2050 (entre un 80-95%, respecto a 1990) que implica llevar a cabo un cambio de vectores energéticos, con el uso de la energía renovable y medidas de eficiencia energética para optimizar su consumo.
Para llevar a cabo estos cambios y lograr el objetivo de neutralidad climática es necesario desarrollar y poner al alcance de los diferentes sectores, la tecnología que permita la obtención de estas energías renovables y su uso eficiente.
Este es el objetivo también de Genia, cambiar el mundo y la forma en la que las personas y las empresas entienden el uso de la energía.
Para ello, proponemos nuevos modelos y tecnologías para descarbonizar el sistema energético con soluciones de economía circular:
- La obtención de gases renovables como nuevos vectores energéticos, mediante la valorización de los residuos en proyectos de bioenergía.
- La obtención de energía solar como la forma más económica de producir energía renovable e hidrógeno verde, el futuro de la revolución energética.
- La eficiencia energética en el consumo de energía eléctrica, gracias a la iluminación inteligente, como medidas clave para el ahorro y reducción de costes en las industrias inteligentes.
En Genia creemos en la necesidad de descarbonizar el modelo energético, utilizando de forma eficiente los recursos disponibles (naturales y residuos), con los avances de la actual revolución tecnológica, para poder establecer un modelo inteligente de desarrollo sostenible y economía circular.
El gas renovable y la economía circular
El gas renovable se ha convertido en un elemento clave para lograr los objetivos climáticos europeos.
Su producción se sitúa dentro del modelo de economía circular al estar basada en la valorización de los residuos orgánicos para su posterior uso como energía en distintos sectores (doméstico, industrial y transporte).
El aprovechamiento del gas renovable como recurso energético implica un balance neutro e incluso negativo de emisiones netas de CO2. De ahí, su contribución a la descarbonización de la economía y a la reducción de emisiones GEI.
Además, la producción de gas renovable permite reducir la dependencia energética exterior, al generarse de forma local, en muchos casos en zonas rurales. Esto a su vez, contribuye al desarrollo rural y a la creación de empleo en zonas de reto demográfico.
También tiene capacidad de almacenaje, requiere de menor inversión en infraestructuras nuevas, al poder usar las disponibles para gas natural, y ofrece mayor seguridad en la producción de energía renovable, al resolver el problema de la no-simultaneidad de producción y demanda que tienen el resto de energías renovables.
Estas características del gas renovable lo convierten en un elemento clave dentro de la economía circular y para la transición energética, por lo que desde Europa se le está dando impulso a su producción.
España es el segundo país europeo con potencial de generación de biometano (detrás de Francia) e hidrógeno (detrás de Reino Unido).
El desarrollo de este potencial dependerá de que se siga la senda de objetivos a 2030 y 2050 marcada en las Hojas de Ruta (biogás e hidrógeno) y de que se disponga de un marco normativo que posibilite su desarrollo.
Modelo circular en proyectos de bioenergía
Los proyectos de bioenergía de Genia Bioenergy se centran en ofrecer soluciones al problema de la valorización y gestión de los residuos orgánicos para la obtención de gases renovables.
Así, residuos orgánicos de diferente procedencia (urbanos, agroalimentarios, agropecuarios o aguas residuales) pasan a convertirse en un recurso aprovechable, siguiendo el modelo de economía circular.
Para ello, en nuestros proyectos controlamos todas las etapas del proceso de gestión y valorización de los residuos para la obtención de biogás y biometano.
El desarrollo de estos proyectos de bioenergía se lleva a cabo con la selección de la mejor tecnología para cada caso, evaluando la viabilidad técnica y económica, de forma que se puedan obtener los mejores resultados.
Nuestro objetivo con cada proyecto es fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, contribuyendo a la reducción de las emisiones de GEI, gracias a la obtención de energía renovable en forma de gas renovable.
Ofrecemos, por tanto, un servicio integral en cada proyecto de bioenergía para la obtención de gas renovable, un elemento clave para el desarrollo de la economía circular y la descarbonización del modelo energético.